Conociendo Daintree
- lectura de 2 minutos - 397 palabrasHoy ha sido un día de muchos kilómetros en el coche. Nos despertamos tarde porque el desayuno empezaba tarde y además sabíamos que iba a llover al inicio de la mañana así que tampoco queríamos apurar la salida con la lluvia. ¡Qué maravilla estar en la habitación oyendo la lluvia caer en la selva!. A diferencia del Peppers, en el Daintree Eco Lodge la comida es excelente, incluido el desayuno; el desayuno no es un buffet, hay un menú donde elegir, pero te traen fruta además de lo que pides que estaba buenísima.
Del hotel fuimos hacia Cape Tribulation. Para llegar hay que coger un ferry que cruza el río Daintree (unos 150 metros como mucho de ancho) y que funciona bastante bien, no hay mucha espera. Cuando llegamos a Cape Tribulation ya había dejado de llover y aprovechamos para ver Myall Beach, muy bonita como todas las de la zona, con la selva llegando hasta la playa y justo al lado hicimos un recorrido sobre pasarelas para explorar mejor la vegetación del Daintree. Afortunadamente (y desafortunadamente también porque teníamos curiosidad), no nos encontramos con ningún cassowary, una especie de emu con creta y bastante mala leche que ocasionalmente ataca a humanos.
Continuamos ruta hacia Cape Tribulation Beach, que estaba hasta la bandera (eso quiere decir parking lleno pero playa relativamente vacía) y un poco más adelante ya tuvimos que dar la vuelta porque el camino se vuelve accesible sólo a 4x4.
Como andábamos algo justos de tiempo nos saltamos los caminos del jardín botánico de Cape Trbulation y fuimos directos al Daintree Discovery Centre. Se trata de una sección del parque en la que han hecho pasarelas a nivel de suelo, a mitad de árbol y una torre de 23 metros sobre la que puedes ver la selva. El recorrido está guiado por un librito y una audioguía, muy útiles para aprender un poco más sobre las miles de millones de plantas venenosas, medicinales y la fauna local. Aquí lo que te mata no es grande, suele ser pequeñito, salvo las medusas.
Poco a poco continuamos nuestro viaje de vuelta a Cairns, donde cogeremos el vuelo a Sydney. Como finalmente íbamos algo holgados de tiempo aprovechamos para parar en Port Douglas a por zumo y helado. Un día estupendo, para cerrar la parte noreste del país.
Ahora sólo nos queda Sydney, que seguro que no defraudará.