Ulan Ude - Ulan Bator
- lectura de 4 minutos - 759 palabrasMás viaje hoy. El tren de Irkutsk a Ulan Ude lo había metido mal entero, había puesto la hora de llegada media hora antes de la cuenta. Y Claudio además paranoico, se levantó una hora antes preguntando si esa era nuestra parada, salimos corriendo al pasillo para verificar horarios y no, todo iba bien, de hecho nos sobraba hora y media.
Así que sí, podría decirse que pasamos una noche mala.
Una vez en la estación de Ulan Ude cogimos un taxi que nos llevó hasta la parada de bus, que está detrás de una fuente junto al teatro de ópera y ballet. Aprovechando que nos sobraba tiempo, nos acercamos hasta la cabeza gigante de Lenin (que ya nos había señalado el taxista de la que íbamos). Realmente es gigante… y un poco achinada, cosa que al parecer hace mucha gracia a los Buryat.
Ulan Ude tiene pinta de ciudad de verdad, o al menos lo poco que hemos visto. Hasta vimos un barrendero por la calle.
Para el bus no tuvimos ningún problema, enseñamos los pasaportes y el conductor tenía nuestros billetes… al menos unos con nuestros números de pasaporte y luego para un tal Claudio Norriega y alguien con nombre de agencia.
El bus bien, pero mucho tiempo. Casi 13h de bus son muchas horas. Hacíamos paradas cada 2-3h para ir al baño, pero se hizo muy pesado. Quizás para mí no tanto, que dormí 6, pero aún así, se hizo largo.
El paso de la frontera fue como esperado, tedioso. Primero baja del bus, coge las maletas, pasa la frontera rusa y luego repítase operación en el lado mongol. Allí conocimos a un chico inglés (galés) que estaba en su último año de arquitectura que iba con su padre, padrastro y otros dos de viaje desde inglaterra, pasando por Polonia, Rusia, Kazajstan… hasta la parte norte de china. Iban en todoterreno y se les veía muy bien equipados. Nos ha dado su blog, a ver si abrimos el nuestro y le dejamos un link.
La siguiente parada la hicimos para comer y allí comimos con unos americanos del bus, de Denver Colorado exactamente. Ella hace su doctorado en geografía sobre el boom minero de Mongolia y él la acompaña. Resultaron muy majos y nos aconsejaron a la hora de comer. Aquí todo es carne envuelta en algo y a elegir refrito o hervido. Estaba buena la comida, sin quejas. Nos intentaron poner en situación sobre la poca salubridad de Ulan Bator y el país en general, así como el frío que puede hacer de noche, bajando las temperaturas hasta los 0 o por debajo en un par de semanas.
La entrada en Ulan Batar fue muy lenta, había mucho tráfico. Tardamos al menos una hora en llegar a la parada de bus, donde nos estaba esperando Zula con su bebe, en un taxi. Aquí los taxis no te ofrecen su maletero, así que fuimos con las maletas entre las piernas como pudimos.
Ahora estamos en casa de Zula y mañana iremos a casa de Sara. Esto es impresionante. Estamos en un edificio destartalado, en una casa grande pero que se cae a cachos. Aún así la hospitalidad mongola es impresionante, no nos han dejado ni hacer la cama. Bueno, de hecho estamos en LA habitación de la casa, los 5 hijos, Zula y su madre están en una especie de salón.
La casa es de lo más curiosa. En la cocina tienen una nevera de Bielorrusia junto a un poster gigante de perritos. Según entras tienen un tendal que cruza todo el pasillo. Nuestro cuarto está super viejo, paredes desconchadas, cuadros de angelitos, una lámpara con una bombilla nada más… mejor ver en fotos, creo que estoy demasiado cansada como para consguir dar una imagen de lo que es realmente esto.
No he dicho nada sobre Zula, una mujer que parece joven pero ya con muchos hijos, que ha aprendido inglés por el turismo… pero inicialmente a través de los misioneros cristianos en Mongolia, a los que ha ayudado a traducir textos. Muy amable esta mujer, no sé cómo vamos a agradecerle lo que está haciendo por nosotros.
No hemos visto mucho de Ulan Bator, pero lo poco que hemos visto nos espanta, espero que no tengamos mucho que hacer por aquí. Los soviéticos se han cargado todo lo bueno que podía haber tenido esta ciudad, es una pena.
Mañana cuento más, lo prometo. Ahora me voy a la cama. Claudio está KO, cuando uno está cansado, le da igual lo dura que sea la cama.